Te admiro, pero no se si lo sabes. No te lo digo, pero yo se que das cuenta.
No se muy bien como hiciste. Y la verdad que me gustaría poder ser como vos, muy a pesar de que siempre te digo “Vos y yo somos totalmente distintas. Aceptalo”.
Medalla de honor en el colegio, asistencia perfecta, abanderada toda la secundaria. Terminaste tu carrera en 4 años, cuando en realidad duraba 6. Tiempo después de recibirte, hiciste el doctorado. Te quemaste las pestañas.
Te enamoraste, y sufriste por amor. No fue en vano, por que tiempo después tanto dolor encontró consuelo. Y ahora sos feliz.
Escribiste un libro. Te quemaste las pestañas para terminarlo. Lo editaron y se vendió.
Plantaste un árbol; tuviste un hijo; construiste una casa…
Das conferencias; te llaman de todas partes. Y eso es bueno, por que reconocen tu esfuerzo.
Con todo eso no te alcanzó. Siempre quisiste más. Quisiste un ser juez. Luchaste años y años, estudiaste como nunca (o como siempre) y después de muchos intentos quedaste. Hace ya casi 7 años que estas ahí. Te gusta.
En cambio yo no fui asistencia perfecta, en realidad casi me quedo libre y me reincorporé. No tuve un promedio ejemplar, sin embargo me las rebuscaba.
No se muy bien cuando me voy a recibir, por que ya he perdido mucho tiempo yendo y viniendo… Tratando de convencerme a mi misma de que iba a poder, que no me iban a ganar, pero no. Ellos pudieron conmigo. Ellos ganaron y la que se retiro de la batalla más que vencida fui yo.
Ahora tengo que empezar de nuevo. Totalmente de cero. Y se que esta es mi ultima oportunidad. Y voy a aprovecharla al máximo. Por que a casa no voy a volver. Eso lo asumí un 13 de febrero cuando emprendí mi viaje hacia donde me esperaba mi futuro. Y se que en algún lado me sigue esperando. Tal vez esté esperándome con ansia en Plaza Francia (desde esa posición esta muy bien).
Cuando me fui deje muchas cosas… Perdí y gané… dejé amigos, familia, una relación que recién empezaba, todo por una decisión. Mi decisión.
Y si tengo que ser honesta muchas veces me pregunto si “mi decisión” fue la mas acertada. Cometí muchos errores en el camino, pero juro que estoy aprendiendo (aunque por ahí no se note). Y de esos errores ahora me arrepiento. Si te hubiera escuchado, tal vez estaría mejor. O no. No se. Diciéndolo ahora no gano nada, solo reconocer el hecho de que mi pedantería y mi famoso “yo puedo sola” me traicionaron.
La verdad es que no puedo sola. Nadie puede hacer nada totalmente sola. Pero nunca voy a aceptar que no puedo. Soy cabeza dura (no es noticia).
Muchas veces me atacó el miedo al fracaso. Creo que estas curtida con eso. Miles de veces te bajaron antes de llegar, pero siempre te las ingeniaste para lograr lo que querías. Ojala pudiera hacer las cosas a tu manera. Tener un carácter mas frío. Por que aunque no lo parezca soy muy sentimental, no soy el témpano que la mayoría ve. O mejor dicho cree ver. “La cosa esta en saber mirar” me dijeron una vez.
En estos últimos días ese miedo volvió a aparecer. Pero no me he sentado a conversar con vos por que se cuales van a ser tu respuestas, y no quiero “pelear” por lo mismo una y otra vez. Estoy cansada de pelear y sentirme vencida. Pero sí, es cierto. Tengo miedo a fracasar una vez más, y no quiero. No quiero volver. No hay nada que yo pueda hacer allá.
Tengo miedo de decepcionarlos una vez mas. Supongo que no es todo mi culpa. Siempre la culpa es compartida. Este caso no es la excepción. Es mi culpa por no dedicarme lo suficiente. Pero también es su culpa por tener demasiadas expectativas, por que ver más allá del ahora. Por proyectar un fututo ilusorio. Por compararme. Tienen motivos para hacerlo. Creo que hay ejemplos de sobra si de esfuerzo, dedicación y trabajo se trata.
En este tiempo he aprendido varias cosas. Una de ellas fue que no tenés que poner demasiadas ilusiones en algo o alguien. Tenemos que dejar que las cosas fluyan y sorprendernos. Lo aprendí de la forma mas difícil: yo tenía planes con alguien. Tenía todas mis fuerzas y expectativas puestas en eso. Miles de planes. Y de un dia para el otro, sin darme cuenta, las cosas se dieron vuelta y quede con todos mis planes totalmente en el aire. Ahí sentí un tremendo dolor. Algo que nunca jamás creí que podía sentir.
Ahí fue cuando entendí. Las personas pueden desilusionarte. O no. Hay que saber mirar. Hay que saber aceptar. No hay que esperar mas de una persona de lo que pueda ser capaz de dar u ofrecernos. Este es un concepto gramaticalmente complicado de escribir, pero es mucho mas difícil ponerlo en práctica.
No digo que no haya que confiar. No. Al contrario. Sólo digo que no hay que soñar despiertos, no hay por que ver éxitos, títulos, medallas, etc. cuando recién empezamos.
One step at the time. One day at the time.
0 comentarios:
Publicar un comentario