Hay algo de lo cual me arrepiento. Supongo que ya es un poco tarde, aunque algunos digan que nunca es tarde. Me imagino que a todos nos pasa que cuando sentimos que perdemos a alguien o simplemente ese alguien se aleja, nos damos cuenta de lo que podríamos haber hecho, que deberíamos haber sido más demostrativos, mas cariñosos, mas afectivos…más! Pero no. Y ya es tarde, porque ya no está.

De la noche a la mañana, casi sin dejar rastros y siendo la ultima en enterarme, se fue. Como si hubiese sido algo premeditado, pero con tintes de arrebato. No dejo huellas, ni marcas, tampoco notas. Solo me dijo “Mañana me voy”. Y así fue. En menos de doce horas zarpo rumbo a lo que se considera su nuevo hogar. Su futuro.

No sé si alguien más se pregunta por qué? O si sienten curiosidad. Tal vez nadie entienda sus motivos. Ni siquiera sé si él mismo los entiende. Pero estoy segura de que yo no. De todas maneras: quién soy yo para querer entenderlos? Creo que tengo que conformarme con la ilusión de que fue la mejor decisión, que es consciente de lo que hace, de que va a estar bien…

Yo también hice lo mismo: decidí alejarme para poder crecer, para poder empezar de cero en otro lado donde nadie me conoce. Aunque una parte de mi corazón siempre va a quedar allá. Porque es como dice la canción la puerta está abierta, estás en tu casa ya puedes entrar. Porque a partir de ahora somos viajeros que volvemos de tanto en tanto, tratando de hallar las mieses. No importa que digamos adiós o hasta siempre.

Porque no vamos a poder olvidar lo que ahí vivimos, hicimos, dijimos, sentimos… porque es nuestro lugar, donde vamos a poder reencontrarnos y hacer de cuenta que el tiempo nunca pasó, porque cada vez que volvemos es como si el mundo girara muy lentamente…