Hay un lugar y es su lugar. Donde el tiempo parece ir más despacio. Es prácticamente su refugio. Va seguido o al menos eso intenta. Lo bueno es que después de mucho tiempo volvió a sentirse libre en ese lugar.

Sigue estando lleno de recuerdos. Pero los fantasmas de lo que una vez fue ya no la persiguen. Sólo se sientan a verla pasar. Puede caminar por donde ella quiera, sin que las memorias del ayer la hagan llorar. Ya no busca atajos, no traza una ruta distinta. Sigue los mismos recorridos, los mismos pasos de siempre. Esos pasos que la llevan a los mejores destinos.

Volvió a los mismos sitios de antes. Esos que en algún momento compartió con él. Esos que son un viaje a los más profundos sentimientos. Y por primera vez en mucho tiempo se sintió como antes. Como antes de conocerle. Fue algo raro.

No quiere decir que lo haya olvidado. No. Ella cree que eso no va a suceder jamás. Sólo que esta vez sabe que lo ha superado. Que sus caminos se bifurcaron. Que cada cual continuo haciendo su vida sin mirar atrás.

Si él está bien, creo que ella no lo sabrá. Pero los demás pueden ver que ella está FELIZ. Que se siente BIEN. Que todos los días se levanta sonriente. Que quiere seguir adelante. Que va a aprovechar esta nueva oportunidad. Que se siente renovada. Que está más tranquila. Que está acompañada. Y que puede vivir con los recuerdos, porque ya no le molestan. Al contrario. Le ayudan a darse cuenta de cuánto aprendió; y cuando los muy traviesos tocan a su puerta, los invita a pasar y a reírse un rato.

Alguien le dijo alguna vez: your smile is your best your best outfit. Wear it more often.