jueves, 23 de septiembre de 2010

De alguna u otra forma ayer me aislé del mundo porque tenía que rendir y necesitaba tranquilidad absoluta, desconexión. Y la verdad que me hacía mucha falta. En un momento, no sé en cuál, mientras leía y escuchaba música empecé a recordar lo que me prometo a mi misma en cada comienzo de cuatrimestre: tomarme las cosas más light, no hacerme tanto problema por todo, si las cosas salen: bien y sino: por algo será. Aprender a dejar pasar ciertas cosas. Empezar a priorizar. Dejar de poner al resto del mundo primero y dejarme a mí para lo último, si queda tiempo. Empezar a ser un poco egoísta.

Es que estar todo el tiempo preocupada y con mala cara no está bien. No hace bien. Todo tiene su lado positivo, por más malo que parezca al principio, solo es cuestión de desestructurar la mirada. Hablando y pensando mucho me di cuenta que no soy la misma Mila acá y en VM. En casa estoy más tranquila, con buena onda, siempre con una sonrisa. Acá no tanto.

Creo que llegó el momento de ese cambio de actitud que tanto vengo posponiendo. Voy a empezar a permitirme ciertas cosas. Permitirme cometer errores. Admitir que no siempre voy a tener lo que yo quiero y que no todo va a salir como yo lo planeo. Dejar de pensar en el mañana y aprovechar el hoy. Dedicarme más tiempo [mi genética de mierda lo requiere]. Abrir la cabeza. Conocer nuevas cosas. Desconectarme más seguido. Quedarme con lo bueno de cada cosa, situación, persona. Empezar a aceptar que las cosas pasan por una razón…



[ y a las cosas feas que puedan suceder les voy a cerrar la puerta. Mientras tanto de doy un beso porque ya es tiempo de estar mejor.]

0 comentarios:

Publicar un comentario