domingo, 19 de septiembre de 2010

Es inevitable derramar lágrimas sobre el teclado mientras intento escribir esto. Y tengo que admitir que, una vez más, Ro tuvo razón. Ella supo leer entre líneas y me lo advirtió, pero yo no quise escuchar.

Hoy pasó. Vi sus valijas frente a la puerta y salté para darle uno de los abrazos más fuertes que jamás di sin saber que iba a ser [probablemente] el último. Diste todo de vos para que esto se mantuviera en orden y las cosas salgan bien. Estuviste siempre cuando te necesitamos y estamos eternamente agradecidas. Diste años enteros y hasta tu salud trabajando para esta gente que se oculta bajo un manto de supuesta piedad, amor y virtudes y me arriesgo a decir que ellas no saben valorar lo que están perdiendo.

No me voy a cansar de decir que es totalmente injusto y sin sentido. Y no sirve de nada preguntar porque nadie nos va a decir nada, we’ve tried. De todas formas: por más que lo tapen, ya sabemos al menos una parte… la más dolorosa.

Estoy harta de perder gente! Nunca pensé que esa imagen me iba a mover tantas cosas, pero después de todo es lógico. Sólo puedo decir [como vos lo hiciste antes de cruzar esas puertas]: gracias por cada día.



[a ellas: bronca (mucha). para nosotras: confusión. dolor. incertidumbre. desarraigo innecesario. para vos: todo nuestro cariño ]

0 comentarios:

Publicar un comentario